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Continúe descubriendo la historia de Dior
04.3

Una historia de vestidos

Las invitaciones se habían enviado y la disposición de los asientos se había elaborado cuidadosamente. Periodistas, amigos de la Maison, compradores profesionales de todo el mundo y clientes privados asistían ansiosos de descubrir la línea para la próxima temporada.

“Escondido tras una cortina gris que me separa del salón, escucho cómo cobran vida mis vestidos, ya que su verdadera existencia comienza la primera vez que alguien los luce”.

En el silencio de los salones del número 30 de la avenue Montaigne, la presentadora anunciaba el nombre elegido por Christian Dior para cada look justo antes de que la modelo diese su primer paso.
El desfile seguía un programa que se definía cuidadosamente durante todo el proceso de preparación, ya que “debe mantenerse un equilibrio perfecto entre vestidos de día, conjuntos elaborados y vestidos de noche”, en palabras de Christian Dior. Pero también debía contar con un toque de dramatismo: “Un modisto que pretende presentar un espectáculo impactante de dos horas sin trama ni entreacto se enfrenta a preocupaciones que un productor teatral ordinario desconoce”, afirmó en sus memorias.
El éxito de una línea yace en la atención que se le otorga al más mínimo detalle; cada nueva colección que se revelaba al público representaba los cambios de su época y expresaba tanto un art de vivre como la propia visión del diseñador.

Siguiente sala

05
La paleta Dior
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Las invitaciones se habían enviado y la disposición de los asientos se había elaborado cuidadosamente. Periodistas, amigos de la Maison, compradores profesionales de todo el mundo y clientes privados asistían ansiosos de descubrir la línea para la próxima temporada.

“Escondido tras una cortina gris que me separa del salón, escucho cómo cobran vida mis vestidos, ya que su verdadera existencia comienza la primera vez que alguien los luce”.

En el silencio de los salones del número 30 de la avenue Montaigne, la presentadora anunciaba el nombre elegido por Christian Dior para cada look justo antes de que la modelo diese su primer paso.
El desfile seguía un programa que se definía cuidadosamente durante todo el proceso de preparación, ya que “debe mantenerse un equilibrio perfecto entre vestidos de día, conjuntos elaborados y vestidos de noche”, en palabras de Christian Dior. Pero también debía contar con un toque de dramatismo: “Un modisto que pretende presentar un espectáculo impactante de dos horas sin trama ni entreacto se enfrenta a preocupaciones que un productor teatral ordinario desconoce”, afirmó en sus memorias.
El éxito de una línea yace en la atención que se le otorga al más mínimo detalle; cada nueva colección que se revelaba al público representaba los cambios de su época y expresaba tanto un art de vivre como la propia visión del diseñador.

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