“Mis vestidos son obras arquitectónicas efímeras dedicadas a la belleza del cuerpo femenino”.
Christian Dior
Christian Dior comenzaba a trabajar en cada colección dos meses antes de presentarla. Tenía la costumbre de retirarse al campo, donde producía hasta 800 bocetos que constituían la primera forma física de su idea. Además de la estructura de la propia prenda, también plasmaba una actitud, un encanto, un gesto: “Para que un vestido tenga éxito, debemos saber cómo se desenvolverá en el movimiento de la vida”, insistía. De vuelta en su estudio de París, Christian Dior seleccionaba los 220 bocetos que mejor representaban las ideas y los temas de la colección. Estos se convertirían en un punto de referencia para que los ateliers crearan las telas de prueba, transposiciones tridimensionales de los bocetos antes de elegir el tejido.
Durante este paso clave, las siluetas principales de cada temporada tomaban forma para encarnar su nueva línea. Las líneas, como En 8, Corolle, Ailée, Verticale, Sinueuse, A, Y, Aimant o Fuseau, se describían con mucha precisión en el comunicado de prensa escrito para el lanzamiento de cada colección.